¿Por qué nos incomoda tanto la protesta? Protestar hace parte de un derecho fundamental que nos permite expresar de forma pública el rechazo a una situación que de otra manera no se ha visto mejorada o resuelta. Hoy mi normalidad se vio interrumpida por un grupo de estudiantes que decidieron protestar.

Tengo clase de 7:00 a.m. intento llegar siempre antes, para pedir la llave del salón y el equipo de computo, si lo voy a usar. Hoy tenía pensado solo pedir la llave y hacer un ejercicio práctico con los estudiantes de primer semestre.
Cuando bajé del colectivo, vi en la entrada de la universidad estudiantes, profesores y gente curiosa, Se escuchaba gritar a los estudiantes de Licenciatura “No hay más pagos, si no hay profes” y los carteles explicaban que llevamos dos semanas y estos estudiantes no han tenido profesores porque no han sido contratados.
Yo pensaba: “me desperté muy temprano para llegar a mi única clase hoy, que justo es a las 7:00 a.m., como para no dictarla” sé que es injusto pensar esto, porque los estudiantes tienen razón por estar inconformes con lo que está sucediendo, pero, el ser humano solo piensa en su propio beneficio, y en este caso, a mi no me afectaba su inconformidad, yo si estoy contratada y de hecho, estaba lista para mi clase de Escrituras creativas, una de las materias que más me gusta dictar este semestre.
Escuchaba estudiantes decir: “Yo madrugué a clase, para que ahora no pueda entrar”, “Me hubiera quedado en casa durmiendo” Pero no escuché que alguno sintiera empatía por esos estudiantes que exigían una respuesta de las directivas y la parte administrativa de la universidad. Allí solo estaban los docentes que teníamos clase a las 7:00 a.m. y que no podíamos resolver nada.
¿Por qué se llega a la protesta?
Según el libro La protesta y Derechos Humanos de la Comisión Interamericana de Derechos humanos, “En efecto, los derechos a la libertad de expresión, reunión pacífica y asociación garantizan y
protegen diversas formas -individuales y colectivas- de expresar públicamente opiniones,
disenso, demandar el cumplimiento de derechos sociales, culturales y ambientales y afirmar
la identidad de grupos históricamente discriminados.”
Esta historia comienza con los contratos de los profes en esta sede, algunos docentes fueron contratados un día antes de comenzar clases y en el calendario académico dice que el registro de notas en el sistema es hasta el 13 de junio, sin embargo, el contrato de los docentes termina el 9 de junio, generando inconvenientes para los estudiantes si tienen algún reclamo de nota, porque el sistema saca al docente que no este contratado y no puede hacer cambios de nota si se cometió algún error.
Varios profesores fueron citados a exámenes médicos, les habían compartido el plan de trabajo y luego les dijeron que habían decidido no contratarlos. Algunos profesores tomaron la decisión de no seguir con el proceso de contratación, porque se les presentó una mejor opción. Lo cierto es que esto ha sido una constante en esta sede, los profes no permanecen más de dos semestres, porque las condiciones laborales no son las mejores.
Cada semestre es igual. El contrato de los docentes se gestiona pocos días para iniciar las clases. A los estudiantes se les pide un pago en fechas exactas para que puedan iniciar su semestre puntualmente y se encuentran con un aula sin docente. Dice un profesor: “Solidaridad con nuestros estudiantes, reclaman lo justo. No se puede volver costumbre abrir programas sin contratar profes”.
En ocasiones, los otros docentes deben doblarse en tiempo, para cubrir las clases de asignaturas que no son su especialidad, solo por cumplirle a los estudiantes con la figura a la hora de la clase, cuando lo correcto es que el docente de esa clase ya este contratado.
Los estudiantes hicieron uso de la protesta, bloquearon la entrada principal, con gritos y carteles explicando su situación. Para muchos es un acto de valientes, es justo que lo hagan, para otros, es solo un cambio en la rutina y la necesidad de mirar cómo lograr seguir con la vida, sin que afecte esa protesta.
Después de cinco minutos de estar a fuera informando al coordinador del programa que no podía ingresar, un estudiante se me acercó y casi susurrando me dijo: “Profe, están dejando entrar por el parqueadero, vamos” y así poco a poco fuimos ingresando, profesores y estudiantes que no nos afectaba la razón de la protesta y de uno en uno, la entrada se fue quedando sin observadores y las estudiantes quedaron en silencio bloqueando aun el espacio de ingreso.
Cuando finalizó la clase, bajé a mirar qué había pasado. Todos los estudiantes afectados estaban con las directivas en el auditorio. Les van a reponer los días en que no estuvieron los docentes, los estudiantes se comprometieron a buscar la manera del diálogo, sin interrumpir la normalidad de la institución. Algunos salieron incrédulos, otros con la expectativa de que cumplan y la universidad volvió a la normalidad.
Después de esta experiencia, creo que es importante apoyar estas iniciativas. No se le hace daño a nadie, se incomoda, tal vez, pero es una manera de expresar un sentir que no es solo de unos pocos, es una realidad que se vive desde hace ya varios años.
Varios medios de Soacha publicaron esta noticia, y en redes vi textos de egresados muy tristes por la situación y apoyando el sentir de los estudiantes. No podemos seguir con nuestra rutina si estamos viendo que nuestros estudiantes y colegas no la están pasando bien. Debemos buscar la manera de hacer visible la situación y a mí se me ocurrió escribirla aquí.
¡Ojalá esta protesta sirva para que se dé un cambio real en la contratación de profes!