Una ciudad que amo. Aun, no tengo claro el momento en que me enamoré de este lugar. Cuando estoy en Buenos Aires, solo puedo tararear la canción de Soda Stereo, con la voz del gran Gustavo Cerati: “Buenos Aires se ve, tan susceptible…” y dejarme llevar por lo que la ciudad me muestra.
El inicio
Recuerdo escuchar ese hablado particular de los personajes en Montaña Rusa, (una serie que se transmitió en 1994) un sonoro “¡y!” o un “¡che!” o un “¿Qué hacés?“, entre otras palabras y frases que suenan como notas musicales.
Luego, quise conocer Costa Esperanza, el lugar en donde vivían los jóvenes de Verano Eterno del 98 (Otro programa que se transmitió en Colombia en 1998). Casi como en paralelo, me dejaba llevar por las letras de las canciones de Fito Páez y Soda Stereo. Y así, de apoco se fue convirtiendo en un sueño conocer Buenos Aires.
La música, la comida, el tango, el vino, los libros, poco a poco me fui sumergiendo en esa cultura, en donde la noche era el escenario perfecto para el arte, y yo moría de ganas por conocerla.
Pude viajar hace más de diez años por primera vez, (escribí algo sobre esa experiencia aquí en el blog, y cómo no hacerlo, si para mí fue un sueño cumplido) regresé dos años después, sola (otra experiencia que puede leer en este blog) y tuvieron que pasar siete años para tomar un vuelo a Buenos Aires, sin tenerlo muy planeado y con el corazón a mil, junto a mi familia, viajamos hace unas semanas a mi ciudad favorita.
La excusa de las tres veces fueron eventos académicos. Y es que no es extraño, Buenos Aires es academia. La Universidad de Palermo fue la que motivó mis dos primeros viajes y luego fue el XV Congreso sobre imagen que organiza la Red de Investigación sobre la imagen. Así que gracias a ellos, pude disfrutar la ciudad en la noche.
La ciudad
Caminamos sus calles: Corrientes, Florida, Perú, Puerto Madero, solo algunas, de las muchas que permitieron rodearme de colores, pitos de carros, ruido de motores de buses grandes y viejos, incluso el sonido del tren y el subte. El frío de la primavera nos golpeo varias noches con un poco de lluvia, pero esto no impidió que la disfrutáramos.
Por supuesto, las voces, esas frases particulares que se les escuchan maravilloso a las personas que nacieron allí. El rock, el tango y una que otra canción de Shakira y Karol G, como gritándome que yo no soy de Argentina.
Logramos ver la Plaza de Mayo como nunca la había visto, sin una sola pancarta. Quise pensar que ese día la habían dejado para los turistas. Pudimos tomar fotografías, ver detalles de una puesta en escena rodeada de un cristal, llena de piedras con nombres de desaparecidos, vi las flores y la Casa Rosada en su esplendor.
Esto no fue posible en mis dos viajes anteriores. Pero al siguiente día, cruzamos por el mismo parque, porque nos quedaba camino a la Universidad y volvió la plaza que conocía, esa con multitud, con gente inconforme, con furia. Había una protesta de maestros, pancartas, mesas con panfletos, periodistas hablando frente a las cámaras o entrevistando.
Me recordó el motivo de la letra de la canción La Ciudad de la Furia, una ciudad cansada de las injusticias, así como dijo el propio Cerati, en una de las tantas entrevistas que le hicieron: “La canción fue compuesta en otra época muy tremenda de la Argentina, en 1988, en plena hiperinflación y furia desatada, así que no resultó nada difícil escribir sobre una ciudad de la furia.”
Más lugares de la ciudad
Lugares que no había recorrido: No había ido a ver el estadio del River, así que esta fue la oportunidad para conocerlo. Ubicado en un hermoso barrio y con un museo espectacular. Y visité muchas más librerías que la última vez.
Un lugar por el que pasé en mi último viaje y que encontré diferente: El Barrio Chino. Estaba cambiado, había una oferta de restaurantes muy modernos y un paso limpio, colorido y agradable.
Comimos milanesa, choripán, media luna, disfrutamos de la cerveza de la casa, tomamos vino y no nos fuimos sin pasar por la estrella de Gustavo Cerati y cantar: “Me verás volar, por la ciudad de la furia, donde nadie sabe de mi y yo soy parte de todo…”
¿Nos faltó hacer más cosas?, ¿Nos faltó conocer más?, por supuesto, la idea es regresar y disfrutar de sus días y también de sus hermosas noches, en una próxima oportunidad. Espero regresar pronto.
En @dianasochacuenta (Instagram y TikTok) podrán ver videos y fotos de este viaje.