Cuando se escribe una historia, dicen las personas que conocen del tema, se debe tener claro a quién va dirigido, algunas lo llaman “el grupo objetivo” y otras personas le dicen: “tu audiencia”, nosotros decimos “las lectoras o los lectores”. Por eso me llamó la atención cómo Caparrós tituló esta historia publicada en el 2008.

Diana leyendo el libro de Marín Caparrós, A quien corresponda
Diana leyendo el libro de Martín Caparrós: A quien corresponda*

Ewald Weitzdörfer, quien escribió una reseña interesante sobre el libro, dice que: “El libro corresponde, pues, a los argentinos que vivieron estos tiempos horrorosos de la dictadura militar de 1982 que, por desgracia, no eran ficción sino pura realidad: los tiempos de los desaparecidos”.

Diego Gándara, en la contra carátula del libro dice: “No solamente hace una crítica despiadada al poder eclesiástico que acompañó a la dictadura militar. Es, también, la crónica minuciosa de una venganza sin sentido, el relato de un fracaso: el de una generación que creyó en la Revolución y acabó derrotada en medio de tanta violencia derramada”.

Hace 17 años escribieron en un artículo de publico.es las opiniones de Caparrós sobre el libro después de publicado: “Para Caparrós, cuyo abuelo fue un médico republicano que tuvo que emigrar de Madrid después de la Guerra Civil española, se trata de una novela “rara, asertiva, rabiosa e indignada”. “Aunque he querido -afirma- que todo ese cabreo no se cargara el relato”.

Asegura también que: “Otra de las cuestiones que le sorprenden al también cronista argentino es la ausencia de venganzas personales por los hechos ocurridos durante lo que él denomina el “setentismo”. “¿Por qué no las hubo?, se pregunta todavía hoy”.

Es una historia narrada desde uno de los protagonistas. Comienza relatando la muerte de un sacerdote en un pueblo pequeño de Argentina y durante las 286 páginas nos da elementos para pensar quién pudo ser el asesino. Pero también, descubrir qué le pasó a Estela, su esposa desaparecida en la dictadura.

Caparrós tiene varios recursos para contar esta historia, usa los monólogos, recurre a las cartas, los diálogos y por supuesto los sentimientos y el punto de vista de Carlos, el personaje principal, llevándonos poco a poco a descubrir qué pasó con ese sacerdote y qué tiene que ver con el protagonista.

En la contraportada nos invitan a leer el libro con la siguiente sinopsis: “Cuando un viejo amigo devenido funcionario le ofrece la posibilidad de obtener alguna información sobre Estela, su mujer desaparecida por la dictadura, Carlos ingresa en un incesante laberinto setentista que incluye reencuentros con sus ex compañeros de militancia, reflexiones extremas sobre la violencia y una serie de conversaciones banales y siempre tensas con Valeria, su amante joven, que contrasta con los diálogos imaginarios pero escalofriantes que mantiene con el fantasma de Estela”.

Carátula del libro A quien corresponda de Martín Caparrós
Portada del libro A quien corresponda de Martín Caparrós*

Caparrós es uno de mis escritores preferidos (lo podrán leer en este texto) y aunque sé que algunos autores tienen muy buenas historias donde uno conecta, también tienen otras, en donde no, y eso esta bien; con Martín Caparrós no me ha pasado, todo lo que he leído de él me ha gustado.

Su estilo sarcástico, contar las historias con inteligencia, haciendo uso de frases sin filtro, pero elegantes, una voz personal y la investigación que hace, es lo que más destaco de los textos de este escritor.

Aunque no soy argentina, siento que A quien corresponda, también nos hace sentir identificados a todos los Latinoamericanos, no solo porque hemos vivido de cerca los problemas políticos, sino porque todavía tenemos el dolor de las familias que buscan respuestas por sus desaparecidos.

Este es mi recomendado 11 de este año para que se animen a leerlo. ¡Nos estamos leyendo!

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