¿Qué hacer cuando estas sola? ¿Por qué la soledad es sinónimo de fracaso? ¿Tu felicidad depende de con quién vives tu día a día? Estas preguntas me las hice después de leer Margarita Va Sola y no porque en el libro Margarita Rosa de Francisco hable específicamente de la soledad como tributo exclusivo de la mujer, sino porque en el libro ella se cuestiona todo el tiempo.

Diana sola viendo al amanecer en la playa de Santa Marta Colombia

Por supuesto no solo el libro hizo que me cuestionara, varias historias de mujeres que conozco y otras de ficción (películas) me motivaron a escribir este texto.

Estamos acostumbradas a vivir rodeadas de personas, pero realmente, con quién estamos siempre, es con nosotras, con nuestra cabeza, con nuestros pensamientos. Y los pensamientos los debemos controlar, porque a veces ellos nos construyen dudas, miedos y esto no nos permite avanzar y disfrutar de nosotras mismas.

Entonces respondo la primera pregunta con la experiencia que me ha dado viajar en tres oportunidades, sola.

Viajar sola es descubrir qué nos gusta, es tener la posibilidad de cambiar nuestra rutina sin que nadie nos juzgue o sin afectar a nadie. Nos permite cuidarnos (hacernos mascarillas, arreglarnos el cabello, pintarnos las uñas, cuidar nuestra piel, bañarnos en una tina, estar en un sauna, nadar). Comer lo que nos guste a la hora que nos apetezca. Leer por horas. Ver películas o series. Caminar y disfrutar de la naturaleza o de la ciudad. Tomar y tomarnos fotografías. Ir al cine. Tomarnos un café en una librería. Conocer lugares que solo a ti te interesan. La sola experiencia de subir a un bus o a un avión sola, te da una libertad indescriptible.

Diana sentada sola en la playa de Santa Marta al amanecer

¿Por qué la soledad es sinónimo de fracaso?

Este tema es un poco más complejo, porque habla de una imposición de la sociedad que durante siglos la hemos vivido. “No esta bien que una mujer no haya escogido un esposo a sus quince años”, “no esta bien que un hombre no tenga una mujer a su lado para que crezca la descendencia”, “Debe ser solterona porque por eso es tan amargada”, “la dejó el tren”, “cuántos esposos ha tenido, es muy inestable”, “a ver si este si le dura” y así muchas más frases cotidianas que se escuchan en las familias, o con las amigas.

La mujer debe estar siempre con un hombre. Debe tener una pareja a su lado, porque de lo contrario fracasó. No se les ha ocurrido que existe la idea de no compartir espacio con otra persona. Vivir sola es una experiencia que pocas disfrutan, pero no porque lo hayan vivido, es más porque la sociedad las juzga. Incluso, conozco parejas que prefieren que cada una viva en su propio espacio y lo comparten de vez en cuando, porque quieren respetar sus cosas, sus tiempos y porque se acostumbraron a vivir de ese modo y no pretenden romper con esa rutina que les hace bien.

No sé lo que es vivir sola. Toda la vida viví con mi papá, mi mamá y mis dos hermanas, luego, en la misma casa se sumó mi bella sobrina y después me fui a vivir con la familia que fui construyendo, hace más de 20 años. Así que no puedo explicar la experiencia de una mujer que ha vivido sola. Pero, sí puedo suponer que es una persona que ha tenido la libertad de disfrutar de su espacio, decorarlo como ella quiere, llegar a la hora que quiera sin preocupar a nadie, cocinar lo que le apetece o no comer si es lo que desea, nadie depende de ella y ella no depende de nadie. Claro que disfrutará de su vida social, no estoy hablando de una ermitaña.

Por supuesto que tendrá sus cosas negativas. Por ejemplo, no tener una persona en casa para saludar y para que te pregunte cómo te fue en el día, para que haga algunas cosas que no te apetece tanto hacer en algunos momentos, como cocinar o tender la cama, o con quien compartir los oficios en casa, incluso, compartir los pagos, entre otras cosas.

Iniciando mes me fui completamente sola a un viaje (Lee aquí la experiencia) – los otros dos viajes que hice, siempre estuve acompañada por alguien en mi estadía, en el de Buenos Aires, estuve con mi prima la mayor parte del tiempo y en Charleston, fue una experiencia diferente, porque viajé sola, conocí gente nueva y viví experiencias sola, pero también, logré estar en otras, acompañada por mis roomies. Este viaje, que hice a comienzos de junio, fue de tres días y logré encontrar otra Diana, esa que necesita de la soledad para pensar lo que quiere hacer, lo que la hace feliz, para meditar sobre las decisiones que ha tomado, lo que ha vivido y quiere vivir.

Y ahora respondo la última pregunta.

Soy feliz con mi elección, o con lo que la vida me fue trayendo. Elegí y no me arrepiento. Pero esta claro, que mi vida la comparto con otras personas y que no por eso mi felicidad debe depender de ellas. Comprendí que si no estoy con las personas que amo no me voy a morir, mi vida sigue y tengo que enfrentarla como viene y ver el lado positivo a esto. Entendí que si estoy con las personas que amo, soy feliz, pero esto no es eterno, como lo escribió en su poema Wislawa Szymborska: “Nada sucede dos veces, ni va a suceder, por eso, sin experiencias nacemos, sin rutina moriremos”. Necesitamos crear experiencias, porque la vida se convierte instantáneamente en una rutina y solo nos espera desaparecer de este planeta. Mi idea es vivir cada instante haciendo lo que me gusta, para morir feliz, sabiendo que todo lo que hice y decidí, me hizo inmensamente feliz.

Pocas personas se quedan en tu vida, porque es su elección. No es bueno insistir que se queden cuando no pueden o no quieren quedarse. Nadie esta obligado a compartir tu tiempo y menos tu espacio. Por eso, es mejor, no depender del otro para ser feliz. Compartir la rutina debe ser una elección mutua, pero también, tener presente que la vida de la otra, o de las otras personas, no te pertenece y ellos también tienen sus propias elecciones. Pretender normalizar el “juntos para siempre” “para toda la vida” “hasta que la muerte nos separe” (esto también involucran amigas, amigos y parientes cercanos) es egoísta, es pensar solo mi propio beneficio y no pensar en lo que quiere la otra persona.

Por eso, respetar los espacios y el tiempo, debe ser regla para las personas que hacen parte de nuestra vida. La soledad es un privilegio que pocas disfrutamos.

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