Todos los días escribo listas. Esta es una rutina que llevo practicando hace muchos años. Lleno cuadernos o agendas completas con los pendientes diarios y la mejor satisfacción al finalizar el día es tachar lo cumplido.

Ningún cuaderno que he finalizado lo guardo, y ahora, pienso que hubiera sido interesante leer las tareas que tenía un lunes de marzo del año 2000 y compararlo con un lunes de marzo del año 2022. Sin duda, esa comparación me llevaría a muchos análisis, porque esa lista depende de la rutina que llevo y afortunadamente nada ha sido igual.

Hacemos un balance general del año, recordamos las cosas que nos llenaron de alegría, también las que nos hicieron enojar y obviamente las que dejaron nuestro corazón roto; pero nuestra vida no consiste en solo las “cosas generales” que nos pasaron y que destacamos para decir si fue un año de aprendizaje, fue un buen año, o fue uno de los peores años que hemos vivido; nuestra vida se crea a partir del listado de cosas que hacemos diariamente. Porque esas son las cosas que destaco por hacer, y aunque para muchos, incluso para mi, pueden ser triviales, es lo que nos permite decir, estamos viviendo.

Comienzo con esta pregunta básica: ¿Qué cosas tengo pendiente por hacer y debo hacerlas si o si hoy? y al final, revisar esta lista construida en la mañana, me permite decir: así viví hoy mi día. Cuando pienso en qué hice ayer o hace tres días, no puedo responder: Nada, porque aunque los días pasan como si estuviéramos sentados en una playa viendo el mar ir y venir, y pareciera que fuera la misma agua, el mismo movimiento, todo es diferente, el color del día, el movimiento, incluso el agua, no es igual. La respuesta a esa pregunta puede ser desde: pagar la tarjeta de crédito, hasta hacer una video llamada a mi hermana para que sepa que la amo y la extraño, en la lista también puede estar: sacar el libro de la biblioteca, hasta, escribir dos horas sin interrupción. Al final del día seguramente no podré decir que no cumplí mi propósito, porque haré lo posible por chequear ese punto de la lista.

Este año me propuse hacer listas, como todos los años, pero esta vez tiene una intención más profunda, quiero saber al final del día qué he vivido realmente, identificar que realmente he hecho cosas que me permiten decir: ¡qué buen día hice hoy!

Los propósitos de este año, se convertirán en pequeños propósitos diarios para valorar los instantes, para darle más importancia al día a día y no solo a los grandes acontecimientos que logramos en el año, son igual de valiosos, pero por alguna razón, siempre le doy más importancia al último, este año le daré más valor a los instantes. ¿Tú qué opinas?

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