En el Aeropuerto Internacional La Aurora de ciudad de Guatemala, se parquean, camionetas, carros y motos, se bajan familias o parejas y se paran frente a la reja que deja ver el estacionamiento de los aviones, si tienen suerte, pueden ver llegar algunos desde otros destinos.
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Recuerdo que alguna vez, mi papá nos llevo a Fontibón a ver despegar los aviones. Nunca había subido a uno y la verdad no recuerdo si me emocionó o no ese plan. Solo tengo en mi cabeza, que mi papá parqueo el carro detrás de otros y nos paramos frente a una reja a ver despegar y aterrizar aviones.
No recuerdo el tiempo que le dedicamos a ese plan, pero supongo que después de dos o tres aterrizajes no había más que ver. Lo que si recuerdo, fue el sonido potente de ese aparato gigante que tenía el privilegio de desplazarse sin preocupación por el cielo, ocupando ese espacio permitido a las aves, nubes, estrellas, sol y luna.
El 18 de agosto tenía vuelo de regreso a mi país. Estuve con mis dos hermanas. Llegamos al Aeropuerto Internacional La Aurora en la ciudad de Guatemala a las 8:00 a.m. dejamos a mi hermana ahí, ella retornaba a Fort Lauderdale. Salimos a caminar mientras se llegaba las 8:00 p.m. hora en que debíamos estar en sala de espera para abordar.
Cuando caminamos, vi dos motos, en una se bajó una mujer con una niña, y le dijo emocionada: “mira, ahí esta el avión”, mientras un joven apagaba el motor de la moto, la otra estaba parqueada y al frente estaba un señor tomando una fotografía y una señora mirando con sorpresa los tres aviones que estaban parqueados. No dijimos nada, pero a mí me llamó la atención que se bajaran a ver los aviones.
Cuando regresamos, pasamos por el mismo lugar. Una reja que rodeaba el aeropuerto y dejaba ver los aviones parqueados y un edificio de vidrio en donde nos sentábamos a esperar el llamado para nuestro vuelo. Mi sorpresa fue que muchos carros estaban parqueados, varias motos y algunas camionetas, incluso, había un carrito de helado vendiendo.
Sí, mucha gente parada frente a la reja con sus celulares listos, grabando o tomando fotografías de ese único avión que se encontraba estacionado esperando llenarse para emprender vuelo. Cada vez que caminaba, veía cómo se repetía la escena, una mujer ayudaba a bajar a sus hijos del carro y se acercaban a la reja mirando sorprendidos, casi con una sonrisa; viejitos y viejitas se acomodaban a ver el avión, señores y señoras acomodándose para ver un espectáculo gratis y sin interrupciones.
En la reja hay un aviso que dice: “Advertencia Warning. Espacio reservado para fotógrafos. Reserved area for photographers. Aeropuerto Internacional La Aurora. International Airport La Aurora. Dirección general de aeronaútica civil. General directorate of civil aeronautics. Guatemala, C.A.” en el centro de esta leyenda hay un círculo, en donde entra perfectamente el celular y pueden tomar la fotografía o hacer un video. Pero las personas que estaban allí, no usaban este espacio, podían pasar el celular por las rejas sin problema.
También estaban los niños que se quedaban en la camioneta con los vidrios abajo para ver el espectáculo desde sus asientos, no sé si por orden de sus papás o porque ellos lo decidieron, lo cierto es que estaban pegados a la ventana viendo lo mismo que las personas que estaban pegadas a la reja.
Mi hermana comentó: “por qué harán eso”, le parecía extraño, pero sin esperar mi respuesta, recordó esa visita que hicimos alguna vez al Aeropuerto El Dorado en Bogotá, en Fontibón, la emoción que nos daba escuchar y ver un avión tan cerca de nosotras. Supuse, también, que eran personas, que al igual que nosotras, en su momento, nunca habían subido a un avión, incluso, me imaginé que eran migrantes que no pueden subir a un avión porque no tienen los papeles para hacerlo.
En fin, puedo inventarme mil historias con esa escena que vi. Lo cierto, es que las personas que estaban allí, estaban emocionadas por lo que veían.
¡Qué bonita escena! un plan sencillo con la familia, que genera emoción y ganas de dejar en una foto o en un video ese recuerdo.
