El vacío en el que flotas, es la última novela publicada de Jorge Franco, un escritor colombiano del que he disfrutado varias historias, pero esta, esta, para mí, ha sido la mejor que he leído de él.

Portada del libro El vacío en el que flotas del escritor Jorge Franco. Pasaporte colombiano y la cerveza Gallo, la típica de Guatemala

Comencé a leer la primera página, sin saber que me iba a quebrar y las lágrimas salían sin importar que hubiera decidido comenzar esta historia en un avión rumbo a Guatemala. Mis compañeros de asiento no dijeron nada, pero supongo que entendieron que era fuerte lo que estaba leyendo. Cerré varias veces el libro para poder respirar.

Celmira pierde a su hijo, cuando una bomba explota en el centro comercial donde se encontraban. Cuando abre los ojos, está en el hospital y nadie sabe donde esta Richi, su pequeño de cinco años. Y desde ese momento todos comenzamos a buscar culpables.

Se culpa ella, se culpa a los terroristas, se culpa la poca eficiencia de la tecnología para lograr encontrar pruebas de que su hijo esta vivo o muerto, se culpan mutuamente sin palabras Celmira y Sergio (papá de Richi), todos entran en un estado de tristeza que se asemeja a un vacío profundo.

Toda la construcción narrativa nos mantiene en la lectura. La tensión, las ganas de saber qué pasó con Richi y esa narración de tres voces que te llevan a esa dimensión en donde no sabes si es real todo lo que lees o solo hace parte de la historia de Sergio, ese libro que quiso escribir para inventarse a su hijo año tras año.

¿Qué sentí al leer la historia?

Las reacciones de los personajes son impredecibles. Los sucesos sorprenden. Creo que eso fue lo que más me mantuvo en la lectura. Estar con cada personaje, acompañarlos en su participación de la historia, y tratar de comprender las decisiones que toman. Es inevitable juzgar y pensar que tal vez, yo haría una cosa distinta.

El dolor de Celmira y Sergio, lo sentí como si fuera mío. Ser mamá, y encontrarme con esta historia, hizo que mi sensibilidad aflorara en cada línea leída. Y con Uriel, se mezcló una sensación de rabia, fastidio, odio, pero pasaba rápidamente a sentir una ternura por este personaje, porque finalmente hizo lo posible porque, a su modo, Richi fuera feliz.

El vacío en el que flotas es el título escogido para esta obra, y siento que cada personaje se sumerge en su dolor, sus deseos y sus ganas de que todo sea como antes, o mejor que antes. Es una historia en donde la violencia permea en una familia que no tiene nada que ver con problemas políticos y sin embargo, se vieron afectados.

Terminé de leer el libro cuando regresé de mi viaje y me gustaría que se dieran la oportunidad de leer esta historia. Les aseguro que les va a gustar.

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