Así comenzó nuestro olvido, la historia escrita por la colombiana Trudy Jordan.
Un amor que no pudo ser. Una época en donde la familia decidía quién podía ser la mejor pareja para casarse. La voz de la mujer en distintas generaciones. Sensibilidad, valentía, revolución. Con un desenlace inesperado pero con un final pertinente. Así sentí y viví la historia de Mina, sus amores, su familia, sus miedos y riesgos; la vida, similar a la de cualquier mujer.
Conozco varias historias de mujeres que han tenido un amor que no pudo ser. Que por alguna razón, no se dio y guardan la esperanza del reencuentro, o por lo menos, de saber cómo estará ahora, en el presente, e imaginarse cómo serían las cosas si no se hubiesen distanciado.
Hace unos días me vi una película en Netflix, que me recordó esta premisa, la película es Adultos jóvenes, la protagonista es Charlize Theron y plantea el recuerdo del primer amor y de manera paralela, finalizar la saga de novelas de ficción para adolescentes que debía escribir una mujer solitaria, con baja autoestima y además prepotente. Este personaje no se parece a Mina, pero tiene en común, la necesidad de reparar un pasado e idealizar un futuro con ese primer amor.
Sentí una conexión con esta historia.
Aunque parezca cliché “el amor imposible” hace parte de una elección o de una decisión, a veces, ni siquiera viene de nosotras, llega de otras personas o de otras circunstancias. Por ejemplo, la historia de Mina, la dirigió su familia, ésta no permitiría que ella tuviese una relación con un seminarista. Tomaron la decisión, “por el bien de ella” de separarlos como fuera y él tuvo que partir a Europa y ella se fue a Estados Unidos, sin poder comunicarse. En Fuimos Extrañas – mi novela, recién publicada – Ana siempre pensó en cómo regresar a su mundo paralelo, quedarse allí y vivir al lado de Enrique, añoró libertad de decisión, pero pasaron tantas cosas que la llevaban a ir en contra corriente y parecía que todo la alejaba de su mundo feliz.
Pareciera que dejamos todo al azar, repetimos una y otra vez: “si no se dio es porque no era para mi”, o “talvez en otra vida” o “este no era nuestro momento, talvez en otro tiempo” y así, le damos esperanza a algo que puede que no pase nunca. ¿Para qué? ¿Por qué lo hacemos? ¿Por qué pensamos en lo que no fue, en lo que podría haber sido? ¿Por qué alimentamos nuestra imaginación con escenarios y situaciones que no se van a dar? Nos perdemos de lo que estamos viviendo, de las personas que están a nuestro lado, por añorar algo que no va a pasar o no debe suceder.
Mina le escribió cartas a su amor distante, durante muchos años, hasta que tomó la decisión de quemar cada una y darse la oportunidad de vivir intensamente, no esperar más y descubrir la experiencia de amar a un hombre real, alguien que sí estuviera presente en su vida.
Las dejo con un párrafo de la contraportada del libro, para motivarlas a leerla:
“Es un viaje entre los recuerdos y las vivencias, entre el amor iniciático y aquel que crece con la convivencia. Pero también es una búsqueda por la individualidad sólida y la libertad de acción que las mujeres han tenido que librar en una sociedad que las juzga y limita sin contemplaciones”.
¡No esperemos, la vida es ahora!