Siempre en el mes de agosto, los colombianos hemos leído innumerables perfiles sobre Jaime Garzón desde que lo asesinaron, y hoy quiero recordarlo gracias a la fuerza que ha tenido durante estos años, especialmente en esta época, con los jóvenes.
Recuerdo que en una clase, hice un ejercicio (que personalmente me gustó mucho) en donde los estudiantes debían recordar qué estaban haciendo mientras sucedía un acontecimiento de interés nacional o internacional y mi ejemplo, siempre era el día que vi en el televisor de la alcoba de mis papás, el desconcierto que había, para la mayoría del país, el asesinato de Jaime Garzón. En ese momento, iba a comenzar a asear la habitación y quedé sentada sobre la cama y mis lágrimas se asomaron sin que yo les diera la orden, en mi cabeza solo había un pensamiento, – no puede ser, esto es mentira – pero mi corazón me decía, ya lo habíamos dicho, lo iban a matar tarde o temprano por todo lo que decía. Mis estudiantes me miraban y cuando terminaba de narrar mi ejemplo, sus miradas se perdían en lo profundo de sus recuerdos y comenzaban a escribir su ejercicio. En una oportunidad, cuando finalicé mi ejemplo, un estudiante dijo, casi para si, mirando la pantalla del computador: “menos mal que mataron a ese hp” el salón quedó en silencio y yo pedí que comenzaran a escribir. Ignoré el comentario, pero debo confesar que me dolió mucho, ese grito sincero de mi estudiante. Al finalizar la clase, me pidió disculpas.
Sé que muchas personas no quieren a Jaime Garzón, pero, así somos los seres humanos, tenemos personalidades que queremos y otras que no tanto. Sin embargo, quiero destacar que cada persona deja buenas acciones en la memoria de la gente y también errores, creemos que todos deben ser perfectos y eso es precisamente lo que nos hace humanos, cometer errores y aprender de ellos para cada día ser mejores personas. Este texto es muy personal y seguramente encontrarán solo recuerdos de las buenas acciones que me dejó Jaime Garzón, este hombre de ojos grandes enmarcados por una colección de gafas gruesas que dejaban ver su avanzada miopía, y a pesar de esto no ocultaba su mirada triste y melancólica, o de la sonrisa que brotaba cuando hacía un comentario inteligente y lleno de sarcasmo, frente a cualquier tema que le preguntaran.
Justo ahora recuerdo esas imágenes que quedaron y que ahora se han rotado en diferentes redes sociales, que nos recuerdan sus pensamientos, pero también sus hechos; y considero que esto ha funcionado de manera impactante para los jóvenes, teniendo en cuenta el inconformismo político que se ha vivido en los últimos años. Este año, especialmente, vi muchos videos de jóvenes hablando de Jaime Garzón, haciendo énfasis en su discurso político y sobre todo de los personajes que imitó para criticar las decisiones de los gobernantes.
Recuerdo un video con baja resolución, en donde él le hablaba a unos jóvenes de la Universidad en Cali, con una mochila cruzada y la ropa holgada y sencilla que usualmente se ponía, con esa propiedad y destreza que lo caracterizaba, le decía a los jóvenes: “Si ustedes, los jóvenes, no asumen la dirección de su propio país, nadie va a venir a salvarlo. ¡Nadie!”. Otro video, en donde aseguraba que los políticos nos tenían acostumbrados a que se les tratara como doctores, grandes empresarios, como personajes intocables, imposible de hablarles, y lo que realmente sucedía, es que gracias a nosotros estaban en ese puesto, ellos trabajaban para nosotros y parecía imposible exigirles que cumplieran con sus promesas después de la elección.
Jaime Garzón era una persona culta, tenía una gran colección de libros sobre Simón Bolívar, y es que para ciertas profesiones, existen libros que no pueden faltar para su consulta, para los comunicadores, si o si se debe tener un libro de Umberto Eco o de Martín Barbero, solo por mencionar algunos, o para los literatos, Miguel de Cervantes Saavedra o Julio Cortázar, así, para algunos políticos las biografías o textos escritos sobre Simón Bolívar, eran lecturas obligadas. Jaime, leía de todo, le gustaba ser autodidacta y asegura su hermana en la proyección que se realizó en el Centro de Memoria y Paz, en Bogotá el mes de agosto (como conmemoración a los 23 años de asesinado) él sentía que en la universidad no aprendía todo lo que quería saber, así que compraba libros y estudiaba, hacía mapas conceptuales y escribía frases en su libreta completando información, esto no solo le permitió hacer metáforas para sus personajes, sino que le permitió también que su trabajo fuera reconocido y las universidades le otorgaran sus grados póstumos a su muerte. Vivía actualizado y eso le permitía hacer bromas con las decisiones que tomaban los políticos de turno y por supuesto, con las que él no estaba de acuerdo porque consideraba que afectaban a la gente de a pie, como solía decir. Hablaba de frente, sin filtro, con una viveza que incluso quienes recibían sus directas se reían incómodamente y trataban de defenderse con una respuesta poco vivaz.
En una entrevista dijo: “Yo soy aburridísimo, creo en la vida, creo en los demás, creo que este cuento hay que lucharlo por la gente, creo en un país en paz, creo en la democracia, creo que lo que pasa es que estamos en malas manos, creo que esto tiene salvación”, por eso algunos jóvenes publicaron después del triunfo del actual presidente Gustavo Petro que le habían cumplido a Jaime Garzón, el actor Santiago Alarcón escribió en su cuenta de Twitter: “Querido Jaime Garzón: ¡Los jóvenes cumplieron! Asumieron el control de su propio país. Hasta aquí los deportes… País de Fiesta #JaimeGarzon”, recordemos que una programadora de Colombia, hizo una serie sobre la vida de Jaime Garzón y Santiago fue quien encarnó este personaje.
Jaime Garzón fue asesinado a los 38 años, después de recibir amenazas de muerte, una mañana del 13 de agosto de 1999 mientras llegaba a RadioNet su lugar de trabajo. Fue pedagogo, abogado, activista político y humorista. Reconocido por sus programas: Quac el noticero, Zoociedad y un espacio que tenía en el noticiero CM& con el personaje: Heriberto de la Calle. Con la creatividad que lo caracterizaba creo personajes que le daban vida a muchos colombianos que pensaban igual que él y con quienes varios se sentían identificados.
María Soledad Garzón, hermana de Jaime, escribió un libro en donde entrevistó a muchas personas que conocían a Jaime y con quienes tuvo anécdotas dignas de contar. Ella asegura que no es escritora, pero sintió la necesidad de contar eso que los medios no publican, el sentir de las personas que compartieron con él algún momento que merece ser narrado. Ella se ha encargado de hacer que los colombianos no olvidemos a Jaime, no olvidemos sus frases y todo por lo que él vivió. Guarda celosamente cada cosa que pertenecía a Garzón y espera que su casa se convierta en un museo donde la gente pueda ver de primera mano las cosas de este importante personaje colombiano.
Los colombianos hemos tenido que lamentar muchas muertes, de personas que le han aportado a la paz y al bien de este país, Jaime Garzón es un personaje que hasta el momento, no se ha podido olvidar y que sus ideas serán referentes para muchas personas que siguen sus pasos.
Hace unos días en Instagram hicieron esta pregunta: ¿Qué estaba haciendo usted cuando se enteró de la muerte de Jaime Garzón? y recordé mi ejercicio en clase. Todos estamos construyendo para la memoria, desde este simple ejemplo, estamos involucrando nuestra cotidianidad a hechos importantes de nuestro país.
A Jaime Garzón lo asesinaron, pero la historia se encargará de que sus ideas no mueran.