Portada del libro: Contigo en la distancia. Foto: Diana Socha Hernández. |
Una historia de misterio que permite a cuatro personajes construir un mundo lleno de literatura, envidia entre escritores y amores imposibles. Además, el misterio en el que viven los personajes y la bella prosa, nos permite descubrir una historia de libros, poesía y escritos secretos.
Daniel en las primeras páginas nos relata desde su mirada, quién era Vera. Una manera cercana y llena de recuerdos que nos permite conocer la rutina de este personaje, su día a día. Luego aparece la insegura y dependiente Emilia, lista para partir lejos de Jérome y de su antigua vida y finalizar su tesis sobre los escritos realizados por Vera. En el segundo capítulo aparece Horacio, quien nos cuenta por qué razón regresa a Chile: “… mi retorno estaba colmado de planes y expectativas, desde arrendar una cabaña frente al mar y dedicarme de lleno a la poesía…” Qué lector o escritor no ha soñado con esto, o bueno, con algo similar.
Recuerdo que leí para la clase que dictaba el año pasado en la universidad: Taller de Narrativas Periodísticas, un texto en donde nos contaban cómo se había iniciado el periodismo literario, o periodismo narrativo, o nuevo periodismo; y una de las cosas que decía era que los periodistas en los años 50 y 60, trabajaban mucho para lograr ahorrar y tener el dinero suficiente con el sueño de encerrarse en una cabaña, alejados del mundo, y así escribir su novela; para eso trabajaban, para retirarse a escribir ficción. Sin ir más lejos, nuestro Gabo, trabajó como periodista durante muchos años (yo creo que nunca lo abandonó del todo) y se dedicó a escribir las novelas que fueron inspiradas por algunos acontecimientos y personajes que el periodismo le había dejado.
Esa mezcla de ficción y realidad la tiene esta historia. Mi hermanita del medio, Nury, leyó el libro en un momento que para ella era fundamental perderse en la vida de los personajes y olvidarse por lo que estaba pasando. En la literatura es fácil perderse en la ficción y olvidar la realidad. Cuando finalizó el libro me dijo con emoción que el final fue inesperado y que “es un libro misterioso y de intriga, lo que permite que se lea con gusto, cada vez que avanzaba en la lectura, quería seguir leyendo y descubrir qué le pasaba a los personajes”. Un profesor de la maestría me dijo un día que los libros llegan a ti cuando existe una conexión fuerte, solo en ese momento es cuando decides leerlo… otros llegan por recomendación, porque conoces al autor y te ha gustado lo que le has leído, pero como le pasó a mi hermana y me ha pasado muchas veces a mi, el libro llega en el momento preciso, cuando se necesita, y esa ficción, termina pareciéndose un poco a lo que sentimos en realidad.
Horacio, será quien nos cuente el secreto que lo unía a Vera, también relata esa relación de amor y distancia que siempre hubo entre los dos. Esta historia de amor, viene acompañada de hermosas frases construidas por la autora con sutileza. Una de ellas es: “Esa intensidad es exclusiva de los comienzos, y todos los comienzos están destinados, por su misma naturaleza, a quedar atrás”.
Con estos cuatro personajes sentí una conexión increíble. Decía Martha Orrantia, en una clase de la maestría, que como lectores debemos sentirnos identificados con los personajes y con aquellas cosas que les suceden. Sentimos empatía, odio, rechazo, aburrimiento, amor, cariño… lo importante es que nos genere reacciones, solo así esa historia nos pertenece. Lograr que un escritor cumpla eso con todos sus lectores es un reto y sin duda Carla Guelfenbein lo logra con: Contigo en la distancia.