En la reseña anterior sobre Eva Luna, hablaba de las historias, y de la manera en que me llamó la atención, cómo llevan hechos reales a la pantalla. Este tema, también me hace recordar que en este blog, hablé de la importancia para los periodistas del siglo pasado (Leer aquí), contar historias, gracias al periodismo, luego de varios años de trabajo, ganar suficiente dinero para lograr encerrarse en una cabaña y dedicar sus días y sus noches a escribir una novela de ficción. Ese era el sueño de muchos. Pues bien, sabemos de autores que lo lograron, uno de los referentes más conocido es nuestro Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez, quien se inspiró en muchas de las historias que vivió y conoció en su ejercicio periodístico para sorprendernos con títulos como: Del amor y otros Demonios, El general no tiene quién le escriba, Cien años de Soledad, solo por nombrar algunos éxitos literarios. 

Así como él y como muchos escritores y escritoras que se han inspirado en hechos reales para construir sus propias historias, Laura Restrepo, el 2018 publica Los Divinos. Uno de los puntos interesantes que tiene esta obra, es que se escribe dos años después del hecho real. En otras oportunidades, como en: A Sangre Fría, de Truman Capote, el periodista decide esperar el desenlace de los asesinos para finalizar su texto literario y publicarlo, eso le cuesta más o menos, seis años de espera. Este caso, se resolvió rápido, a comparación de otros tantos que quedan en la impunidad y en el olvido de la gente (jamás de sus seres queridos).

El 4 de diciembre de 2016, sorprende a los colombianos una noticia que generó distintas reacciones, entre ellas el asombro, no se podía creer que un hombre de 38 años hubiera lastimado a Yuliana Samboní, una niña de siete años que nada tenía que ver con Rafael Uribe Noguera, el hombre que la hizo sufrir y después la mató.

Los Divinos, relatan el hecho real y aunque no habla propiamente del asesino, que en este momento cumple una condena en la cárcel, sí relata la historia de un grupo de amigos que al parecer lo tienen todo y se conocen desde la infancia, vinculados entre sí por una perversa hermandad. “Fuimos cinco, los Tutti Frutti: Tarabeo, Muñeco, el Duque, el Píldora y aquí este servidor, a quien llaman – o me llamo- Hobbit” (página 40) Hobbit será quien nos narre lo que sucedió y hará que conozcamos, desde su mirada y los hechos, a sus amigos, a los personajes siniestros de esta historia.

“Los Divinos perturbadora puesta en escena contra el feminicidio, es además gran literatura, recóndita y vertiginosa, que reinterpreta a fondo los hechos y trasciende el crimen narrado para llegar, a través de él, hasta los recovecos más oscuros de toda una cultura” (contraportada del libro)

Este libro me recuerda que podemos contar historias reales y que podemos dejar nuestra propia versión de los hechos, sin justificar nada, incluso, podríamos narrar cosas, que los medios de información se niegan a compartir a la gente del común. Aunque se sabe que muchos personajes hacen parte de la ficción, no podemos dejar de lado, la realidad que vivimos, hombres y mujeres que parecen sacados de un cuento, pero que caminan y se cruzan muchas veces en nuestro camino, ¡qué miedo! ¡qué horror!

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