Las películas La idea de ti y Buena Suerte Leo Grande, junto con el libro La Carne, tienen una historia en común, la oportunidad que se da una mujer mayor de amar y experimentar el placer con un hombre mucho menor que ella. Seguramente existirán muchos más ejemplos, pero hoy les contaré la experiencia que tuve con estas tres historias.

La idea de ti, es la historia de una mujer separada que vive con su hija adolescente. Su plan para celebrar los cuarenta años era irse a acampar sola, mientras su hija disfrutaba de un concierto con sus amigos, la esposa de su papá y por supuesto, el papá, quien había comprado entradas VIP para que pudiera conocer a su banda favorita.

Las cosas no se dan como estaban planeadas y esta mujer de cuarenta años, termina conociendo a un joven de ventitantos años con quien comienza una relación, atraída por su forma de ser, pero también por su físico. Él por su parte, se enamora y aunque es famoso, no se siente mal porque ella lo acompañe a su gira. La mujer es la que se lleva la peor parte. La sociedad no acepta que una mujer mayor disfrute de un amor con un hombre menor que ella. La juzgan, la insultan, la agreden y ella debe tomar la decisión de terminar con él para proteger a su hija.

La historia de Buena Suerte Leo Grande es íntima, la única que se juzga es la mujer, la protagonista, todo influenciado por la cultura en la que vive. Esta mujer quedó viuda hace dos años. Nunca ha sentido el placer sexual, (la relación sexual con su pareja era un requisito de esposa y ya) entonces se pone a la tarea de contratar a un acompañante para que le enseñe cómo disfrutar de la relación sexual. Esta mujer tiene aproximadamente sesenta años y el acompañante es un joven de más o menos treinta años.

Logran conocer algo de sus vidas desde la intimidad y juntos descubren que existen formas de pensar que hacen daño, por ejemplo, el papel de la mujer como madre perfecta, el joven que es trabajador sexual y el juicio que tiene este para la sociedad, la mirada de la mujer mayor frente al placer.

La carne, comienza con la historia de una mujer que acaba de cumplir sesenta años y decide contratar a un acompañante -muchos años menor que ella – para darle celos a su antiguo amante, – también años menor que ella – que ahora esta casado y espera un bebe. Esta mujer tiene un dilema con el amor. Se siente sola y necesita de alguien que la ame.

Da lo que puede para conseguir que este trabajador sexual se quede a su lado, para que se enamore de ella y logre terminar sus últimos días acompañada del hombre con el que se siente plena y segura. Pero ese solo era su trabajo, él jamás se enamoró de ella.

Lo que interpreto

Para la mujer es más difícil tener una pareja menor y caminar a su lado sin importar el qué dirán. Disfrutar de una relación, no se queda en la intimidad. En una fiesta, en un almuerzo familiar o con amigos, en ambientes donde es normal que vayas acompañada por la persona con la que estas compartiendo tu vida, si es menor que tú, te van hacer comentarios que seguramente no te van a ser sentir cómoda.

Pero también puedes encontrarte con tu propio juicio. Con esa voz que te dice, “esta persona tiene toda la vida por delante, qué se va a querer quedar con una mujer que ya ha vivido el doble de su vida, ha tenido mucho más experiencias. Mi cuerpo es viejo y tal vez no le guste. Junto a él, es notorio que soy mayor. Las arrugas, las ojeras y las bolsas en los ojos me hacen ver más madura, si me comparo con él, que tiene la piel fresca y no le importa para nada cómo luce. La ropa que usaré estando a su lado, debe ser juvenil, los lugares que frecuentaré, serán sitios donde él no se sienta aburrido ni abrumado”.

Pero, ¿por qué, nos juzgamos tan duro? Bueno, yo creo que todo tiene que ver con lo que esta establecido y aceptado en la sociedad como normal. Lo normal es que la mujer sea la menor, que tenga una relación con un hombre mayor. Lo normal es que una mujer cumpla con sus deberes conyugales, aunque no lo disfrute. Lo normal es que la mujer después de los treinta, este casada y ojalá con hijos. Lo normal es que la mujer se cuide y compre cuantos productos pueda, para evitar verse vieja, porque es una ofensa, sobre todo para los demás hombres. Pero si ya tiene algunos años, debe arreglarse, acorde a su edad, jamás que se crea joven.

Sin embargo, la diferencia de edad escandaliza. Recordemos la historia de Lolita, aunque la sociedad normalice que un hombre mayor salga con una mujer muchos años menor que él, es motivo de indignación que veamos niñas y jóvenes casadas con hombres que fácilmente podrían ser sus padres, incluso, abuelos. En el texto que escribí en esa oportunidad, aseguro, sobre este tema, que las niñas y jóvenes son manipuladas y no tienen conciencia de lo que hacen, cosa distinta, cuando ya son mayores de edad y saben perfectamente lo que están haciendo.

Estas relaciones, son de adultos, que saben lo que hacen, no hay inocencia, así que, aunque para muchas personas sea horrible ver una mujer mayor con un hombre menor que ella, no tiene nada de malo. Ojalá algún día logremos dejar de juzgar este tipo de situaciones. ¿A quién le importa con quién salimos? Con quién compartimos nuestros instantes. ¿Quiénes somos para decirle a alguien que no esté con otro por la edad? Si ellas son felices, qué más da.

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